Alejandro Magno pidió su propia representación mediante un busto, el cual mostraría a detalle el aspecto físico del mismo. Se puede partir de este capricho para hablar del retrato, donde encontramos gente poderosa queriendo una transportación de su aspecto, un momento específico en su línea, capturar la esencia y convertirlo en el protagonista absoluto. En la pintura encontramos al sujeto siendo congelado de una forma nueva, adquiriendo color y vida, es un momento, un sólo escenario, quizá un recuerdo, un sueño. En realidad el retrato encierra a la persona, mostrando lo que significa más allá de sólo representarla físicamente, es generar otra existencia. El retrato empieza siendo poder, la capacidad de ser estudiado y plasmado, un regalo propio y al mismo tiempo generando un registro destinado al tiempo. El recuerdo del sujeto, identificando su aspecto, posición o incluso entender su realidad. La fotografía llega para combinar todo lo pasado, llevándolo al nivel de verlo tal cual fu